24/5/12

El breve amor


    Con qué tersa dulzura
    me levanta del lecho en que soñaba
    profundas plantaciones perfumadas,

    me pasea los dedos por la piel y me dibuja
    en el espacio, en vilo, hasta que el beso
    se posa curvo y recurrente,

    para que a fuego lento empiece
    la danza cadenciosa de la hoguera
    tejiéndose en ráfagas, en hélices,
    ir y venir de un huracán de humo...

    ¿Por qué, después,
    lo que queda de mí
    es sólo un anegarse entre las cenizas
    sin un adiós, sin nada más que el gesto
    de liberar las manos?
    

Autor. Julio_Cortazar

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