24/5/12

La poesia

    Llegas, silenciosa, secreta,
    y despiertas los furores, los goces,
    y esta angustia
    que enciende lo que toca
    y engendra en cada cosa
    una avidez sombría.

    El mundo cede y se desploma
    como metal al fuego.
    Entre mis ruinas me levanto,
    solo, desnudo, despojado,
    sobre la roca inmensa del silencio,
    como un solitario combatiente
    contra invisibles huestes.

    Verdad abrasadora,
    ¿A qué me empujas?
    No quiero tu verdad,
    tu insensata pregunta.
    ¿A qué esta lucha estéril?
    No es el hombre criatura capaz de contenerte,
    avidez que sólo en la sed se sacia,
    llama que todos los labios consume,
    espíritu que no vive en ninguna forma
    mas hace arder todas las formas.

    Subes desde lo más hondo de mí,
    desde el centro innombrable de mi ser,
    ejército, marea.
    Creces, tu sed me ahoga,
    expulsando, tiránica,
    aquello que no cede
    a tu espada frenética.
    Ya sólo tú me habitas,
    tú, sin nombre, furiosa substancia,
    avidez subterránea, delirante.

    Golpean mi pecho tus fantasmas,
    despiertas a mi tacto,
    hielas mi frente,
    abres mis ojos.

    Percibo el mundo y te toco,
    substancia intocable,
    unidad de mi alma y de mi cuerpo,
    y contemplo el combate que combato
    y mis bodas de tierra.

    Nublan mis ojos imágenes opuestas,
    y a las mismas imágenes
    otras, más profundas, las niegan,
    ardiente balbuceo,
    aguas que anega un agua más oculta y densa.
    En su húmeda tiniebla vida y muerte,
    quietud y movimiento, son lo mismo.

    Insiste, vencedora,
    porque tan sólo existo porque existes,
    y mi boca y mi lengua se formaron
    para decir tan sólo tu existencia
    y tus secretas sílabas, palabra
    impalpable y despótica,
    substancia de mi alma.

    Eres tan sólo un sueño,
    pero en ti sueña el mundo
    y su mudez habla con tus palabras.
    Rozo al tocar tu pecho
    la eléctrica frontera de la vida,
    la tiniebla de sangre
    donde pacta la boca cruel y enamorada,
    ávida aún de destruir lo que ama
    y revivir lo que destruye,
    con el mundo, impasible
    y siempre idéntico a sí mismo,
    porque no se detiene en ninguna forma
    ni se demora sobre lo que engendra.

    Llévame, solitaria,
    llévame entre los sueños,
    llévame, madre mía,
    despiértame del todo,
    hazme soñar tu sueño,
    unta mis ojos con aceite,
    para que al conocerte me conozca.


Autor: Octavio Paz

Amor condusse noi ad una morte

Amor condusse noi ad una morte
    Amar es una angustia, una pregunta,
    una suspensa y luminosa duda;
    es un querer saber todo lo tuyo
    y a la vez un temor de al fin saberlo.

    Amar es reconstruir, cuando te alejas,
    tus pasos, tus silencios, tus palabras,
    y pretender seguir tu pensamiento
    cuando a mi lado, al fin inmóvil, callas.

    Amar es una cólera secreta,
    una helada y diabólica soberbia.

    Amar es no dormir cuando en mi lecho
    sueñas entre mis brazos que te ciñen,
    y odiar el sueño en que, bajo tu frente,
    acaso en otros brazos te abandonas.

    Amar es escuchar sobre tu pecho,
    hasta colmar la oreja codiciosa,
    el rumor de tu sangre y la marea
    de tu respiración acompasada.

    Amar es absorber tu joven savia
    y juntar nuestras bocas en un cauce
    hasta que de la brisa de tu aliento
    se impregnen para siempre mis entrañas.

    Amar es una envidia verde y muda,
    una sutil y lúcida avaricia.

    Amar es provocar el dulce instante
    en que tu piel busca mi piel despierta;
    saciar a un tiempo la avidez nocturna
    y morir otra vez la misma muerte
    provisional, desgarradora, oscura.

    Amar es una sed, la de la llaga
    que arde sin consumirse ni cerrarse,
    y el hambre de una boca atormentada
    que pide más y más y no se sacia.

    Amar es una insólita lujuria
    y una gula voraz, siempre desierta.

    Pero amar es también cerrar los ojos,
    dejar que el sueño invada nuestro cuerpo
    como un río de olvido y de tinieblas,
    y navegar sin rumbo, a la deriva:
    porque amar es, al fin, una indolencia.


Autor:  Xavier Villaurrutia



Me Gustaria

Me gustaría
Me gustaría gritarlo… A los cuatro vientos,
por los siete mares,
por los cinco continentes,
Cuánto te amo.
Quisiera contarle al primero que pasa,
lo que me está pasando,
lo que siento por ti.
Me gustaría escribirlo en la corteza de los árboles,
en los muros de los edificios,
en las veredas de las ciudades más transitadas,
en el viento, en el agua,
en el aire húmedo de la noche,
en los vidrios empañados de los autos,
en las mesas de los bares.
en los pizarrones de todas las escuelas,
en los cuadernos de los alumnos.
Me gustaría publicarlo en los diarios,
difundirlo por la radio,
publicitarlo en la televisión, en los afiches,
en los folletos turísticos,
en las marquesinas de todos los teatros,
y de todos los cines.
Quisiera que el mundo entero supiese
cuánto te amo.

Tanto amor no puede ser anónimo,
tiene nombre y apellido,
tiene cosas que decir,
y canciones que cantar,
no se merece vivir a la sombra,
amarse en silencio,
viajar de polizón.
Este amor escondido
algún día saldrá a la luz del día
y ese día, amor mío…
Todas las mañanas serán tuyas,
te lo prometo y te lo firmo,
confía en mí, amante mía.
Y te llevaré por los caminos
como una bandera al viento.
Pero ahora no… No puedo,
tengo miedo… Y tú sabes por qué.


Autor: Gian Franco Pagliaro

El breve amor


    Con qué tersa dulzura
    me levanta del lecho en que soñaba
    profundas plantaciones perfumadas,

    me pasea los dedos por la piel y me dibuja
    en el espacio, en vilo, hasta que el beso
    se posa curvo y recurrente,

    para que a fuego lento empiece
    la danza cadenciosa de la hoguera
    tejiéndose en ráfagas, en hélices,
    ir y venir de un huracán de humo...

    ¿Por qué, después,
    lo que queda de mí
    es sólo un anegarse entre las cenizas
    sin un adiós, sin nada más que el gesto
    de liberar las manos?
    

Autor. Julio_Cortazar

Flores Negras


    Oye: bajo las ruinas de mis pasiones,
    y en el fondo de esta alma que ya no alegras,
    entre polvos de ensueños y de ilusiones
    yacen entumecidas mis flores negras.
    Ellas son el recuerdo de aquellas horas
    en que presa en mis brazos te adormecías,
    mientras yo suspiraba por las auroras
    de tus ojos, auroras que no eran mías.
    Ellas son mis dolores, capullos hechos;
    los intensos dolores que en mis entrañas
    sepultan sus raíces, cual los helechos
    en las húmedas grietas de las montañas.
    Ellas son tus desdenes y tus reproches
    ocultos en esta alma que ya no alegras;
    son, por eso, tan negras como las noches
    de los gélidos polos, mis flores negras.
    Guarda, pues, este triste, débil manojo,
    que te ofrezco de aquellas flores sombrías;
    guárdalo, nada temas, es un despojo
    del jardín de mis hondas melancolías.


Autor: Julio Florez




Mira Tu Jardin

Mira en tu jardín las rosas entreabiertas, y nunca los pétalos caídos...
Observa en tu camino la distancia vencida y nunca lo que falte todavía...
Guarda de tu mirar los brillos de alegría y nunca las nieblas de tristezas...
Retén de tu voz carcajadas y canciones y nunca los gemidos dolorosos...
Conserva en tus oídos las palabras de amor y nunca las de odio...
Graba en tus pupilas el nacer de las auroras y nunca tus ponientes lastimosos...
Conserva en tu rostro las líneas de las sonrisas y nunca los surcos de tu llanto...
Cuenta a los hombres el azul de tus primaveras y nunca las tempestades del verano...
Guarda en tus mejillas solo las caricias disfrutadas, olvida las bofetadas recibidas...
Conserva de tus pies los pasos rectos y puros, olvida los caminos equivocados...
Recuerda con placer tus escaladas, olvida las desilusiones del descenso...
Recuerda los días en que fuiste agua limpia, olvida las horas en que te sentiste pantano...
Cuenta y muestra las medallas de tus victorias, olvida las cicatrices de las derrotas...
Mira de frente el sol que existe en tu vida, ignora la sombra que queda atrás...En la profundidad de las noches sin luna es donde brillan mucho más las estrellas !
¡ Que tu vida sea un jardín florido !

22/5/12

Destino

Matamos lo que amamos. Lo demás
no ha estado vivo nunca.
Ninguno está tan cerca. A ningún otro hiere
un olvido, una ausencia, a veces menos.
Matamos lo que amamos. ¡Que cese esta asfixia
de respirar con un pulmón ajeno!
El aire no es bastante
para los dos. Y no basta la tierra
para los cuerpos juntos
y la ración de la esperanza es poca
y el dolor no se puede compartir.

El hombre es anima de soledades,
ciervo con una flecha en el ijar
que huye y se desangra.

Ah, pero el odio, su fijeza insomne
de pupilas de vidrio; su actitud
que es a la vez reposo y amenaza.

El ciervo va a beber y en el agua aparece
el reflejo del tigre.

El ciervo bebe el agua y la imagen. Se vuelve
-antes que lo devoren- (cómplice, fascinado)
igual a su enemigo.

Damos la vida sólo a lo que odiamos

Autor: Rosario Castellanos


CANTOS DE VIDA Y ESPERANZA

I
A José Enrique Rodó

Yo soy aquel que ayer no más decía
el verso azul y la canción profana,
en cuya noche un ruiseñor había
que era alondra de luz por la mañana.

El dueño fuí de mi jardín de sueño,
lleno de rosas y de cisnes vagos;
el dueño de las tórtolas, el dueño
de góndolas y liras en los lagos;

y muy siglo diez y ocho y muy antiguo
y muy moderno; audaz, cosmopollita;
con Hugo fuerte y con Verlaine ambiguo,
y una sed de ilusiones infinitas.

Yo supe de dolor desde mi infancia,
mi juventud... ¿fue juventud la mía?
Sus rosas aún me dejan la fragancia...
una fragancia de melancolía...

Potro sin freno se lanzó mi instinto,
mi juventud montó potro sin freno;
iba embriagada y con puñal al cinto;
si no cayó, fué porque Dios es bueno.

En mi jardín se vió una estatua bella;
se juzgó de mármol y era carne viva;
un alma joven habitaba en ella,
sentimental, sensible, sensitiva.

Y tímida, ante el mundo, de manera
que encerrada en silencio no salía,
sino cuando en la dulce primavera
era la hora de la melodía...

Hora de ocaso y de discreto beso;
hora crepuscular y de retiro;
hora de madrigal y de embeleso,
de "te adoro", de "¡ay!" y de suspiro.

Y entonces era en la dulzaina un juego
de misteriosas gamas cristalinas,
un renovar de notas del Pan griego
y un desgranar de músicas latinas.

Con aire tal y con ardor tan vivo,
que a la estatua nacían de repente
en el muslo viril patas de chivo
y dos cuernos de sátiro en la frente.

Como la Galatea gongorina
me encantó la marquesa varleniana,
y así juntaba a la pasión divina
una sensual hiperestesia humana;

todo ansia, todo ardor, sensación pura
y vigor natural; y sin falsía,
y sin comedia y sin literatura...:
Si hay un alma sincera, ésa es la mía.

La torre de marmil tentó mi anhelo;
quise encerrarme dentro de mí mismo,
y tuve hambre de espacio y sed de cielo
desde las sombras de mi propio abismo.

Como la esponja que la sal satura
en el jugo del mar, fué el dulce y tierno
corazón mío, henchido de amargura
por el mundo, la carne y el infierno.

Mas, por la gracia de Dios, en mi conciencia
el Bien supo elegir la mejor parte;
y si hubo áspera hiel en mi existencia,
melificó toda acritud el Arte.

Mi intelecto libré de pensar bajo,
bañó el agua castalia el alma mía,
peregrinó mi corazón y trajo
de la sagrada selva la armonía.

¡Oh, la selva sagrada! ¡Oh, la profunda
emanación del corazón divino
de la sagrada selva! ¡Oh, la fecunda
fuente cuyo virtud vence al destino!

Bosque ideal que lo real complica,
allí el cuerpo arde y vive y Psiquis vuela;
mientras abajo el sátiro fornica,
ebria de azul deslíe Filomela.

Perla de ensueño y música amorosa
en la cúpula en flor del laurel verde,
Hipsipila sutil liba en la rosa,
y la boca del fauno el pezón muerde.

Allí va el dios en celo tras la hembra,
y la caña de Pan se alza del lodo;
la eterna vida sus semilas siembra,
y brota la armonía del gran Todo.

El alma que entra allí debe ir desnuda,
temblando de deseo y fiebre santa,
sobre cardo heridor y espina aguda:
así sueña, así vibra y así canta.

Vida, luz y verdad, tal triple llama
produce la interior llama infinita.
El Arte puro como Cristo exclama:

¡Ego sum lux et veritas et vita!
Y la vida es misterio, la luz ciega
y la verdad inaccesible asombra;
la adusta perfección jamás se entrega,
y el secreto ideal duerme en la sombra.

Por eso ser sincero es ser potente;
de desnuda que está, brilla la estrella;
el agua dice el alma de la fuente
en la voz de cristal que fluye de ella.

Tal fué mi intento, hacer del alma pura
mía, una estrella, una fuente sonora,
con el horro de la literatura
y loco de crepúsculo y de aurora.

Del crepúsculo azul que da la pauta
que los celestes éxtasis inspira,
bruma y tono menor ¡toda la flauta!,
y Aurora, hija del Sol ¡toda la lira!

Pasó una piedra que lanzó una honda;
pasó una flecha que aguzó un violento.
La piedra de la honda fué a la onda,
y la flecha del odio fuése al viento.

La virtud está en ser tranquilo y fuerte;
con el fuego interior todo se abrasa;
si triunfa del rencor y de la muerte,
y hacia Belén... ¡la caravana pasa!

Autor: Ruben Dario

16/5/12

La Balada de Hans y Jenny

Verdaderamente, nunca fue tan claro el amor como cuando Hans Christian Andersen amó a Jenny Lind, el Ruiseñor de Suecia.

Hans y Jenny eran soñadores y hermosos, y su amor compartían como dos colegiales comparten sus almendras.

Amar a Jenny era como ir comiéndose una manzana bajo la lluvia. Era estar en el campo y descubrir que hoy amanecieron maduras las cerezas.

Hans solía contarle fantásticas historias del tiempo en que los témpanos eran los grandes osos del mar. Y cuando venía la primavera, él le cubría con silvestres tusílagos las trenzas.

La mirada de Jenny poblaba de dominicales colores el paisaje. Bien pudo Jenny Lind haber nacido en una caja de acuarelas.

Hans tenía una caja de música en el corazón, y una pipa de espuma que Jenny le diera.

A veces los dos salían de viaje por rumbos distintos. Pero seguían amándose en el encuentro de las cosas menudas de la tierra.

Por ejemplo, Hans reconocía y amaba a Jenny en la transparencia de las fuentes y en la mirada de los niños y en las hojas secas.

Jenny reconocía y amaba a Hans en las barbas de los mendigos y en el perfume del pan tierno y en las más humildes monedas.

Porque el amor de Hans y Jenny era íntimo y dulce como el primer día de invierno en la escuela.
Jenny cantaba las antiguas baladas nórdicas con infinita tristeza.

Una vez la escucharon unos estudiantes americanos, y por la noche todos lloraron de ternura sobre un mapa de Suecia.Y es que cuando Jenny cantaba, era el amor de Hans lo que cantaba en ella.

Una vez hizo Hans un largo viaje y a los cinco años estuvo de vuelta.

Y fue a ver a Jenny y la encontró sentada, juntas las manos, en la actitud tranquila de una muchacha ciega.

Jenny estaba casada y tenía dos niños sencillamente hermosos como ella.

Pero Hans siguió amándola hasta la muerte, en su pipa de espuma y en la llegada del otoño y en el color de las frambuesas.

Y siguió Jenny amando a Hans en los ojos de los mendigos y en las más humildes monedas.

Porque verdaderamente, nunca fue tan hermoso el amor como cuando Hans Christian Andersen amó a Jenny Lind, el Ruiseñor de Suecia.



Autor. Aquiles Nazoa





13/5/12

Cuando Fallamos

Cuando Fallamos, decidimos romper con el pasado dejar atrás lo malo; con aquello que nos lesionó, nos enfrentamos un nuevo camino que nos abrirá nuevas maneras para sanar esos viejos tormentos

Renunciar a tiempo por algo que nos lastima, no es cosa de tontos, no es tener miedo. Es un gran paso, formidable para renovar el más puro de los sentimientos. Para que nuevas armonías alegren el alma... 
y  al corazón que se encuentra en tu maravilloso ser.

Dejar pasar el tiempo, impide que retomemos las sendas que nos depara el destino. Impidiendo así que renazca de nuevo en tu ser la felicidad y que aparezca en tu cara esa sonrisa plena, esa que te empapa los sentidos, que te llena de vida de alegría. Dejar atrás o renunciar a tiempo te libera de las tristezas de los enojos malos recuerdos. Te da la oportunidad de que aprendas a quererte siempre.
Anónimo

4/5/12

Ausencia

Se va de ti mi cuerpo gota a gota.
Se va mi cara en un óleo sordo;
se van mis manos en azogue suelto;
se van mis pies en dos tiempos de polvo.

¡Se te va todo, se nos va todo!
Se va mi voz, que te hacía campana
cerrada a cuanto no somos nosotros.

Se van mis gestos, que se devanaban,
en lanzaderas, delante tus ojos.

Y se te va la mirada que entrega,
cuando te mira, el enebro y el olmo.

Me voy de ti con tus mismos alientos:
como humedad de tu cuerpo evaporo.

Me voy de ti con vigilia y con sueño,
y en tu recuerdo más fiel ya me borro.

Y en tu memoria me vuelvo como esos
que no nacieron ni en llanos ni en sotos.

Sangre sería y me fuese en las palmas
de tu labor y en tu boca de mosto.

Tu entraña fuese y sería quemada
en marchas tuyas que nunca más oigo,
¡y en tu pasión que retumba en la noche,
como demencia de mares solos!

¡Se nos va todo, se nos va todo!

Autor:   Gabriela Mistral


Corazón Coraza

Porque te tengo y no
porque te pienso
porque la noche está de ojos abiertos
porque la noche pasa y digo amor
porque has venido a recoger tu imagen
y eres mejor que todas tus imágenes
porque eres linda desde el pie hasta el alma
porque eres buena desde el alma a mí
porque te escondes dulce en el orgullo
pequeña y dulce
corazón coraza

porque eres mía
porque no eres mía
porque te miro y muero
y peor que muero
si no te miro amor
si no te miro

porque tú siempre existes dondequiera
pero existes mejor donde te quiero
porque tu boca es sangre
y tienes frío
tengo que amarte amor
tengo que amarte
aunque esta herida duela como dos
aunque te busque y no te encuentre
y aunque
la noche pase y yo te tenga
y no.



Autor: Mario Benedetti

3/5/12

Silencio

Cuando tú te quedes muda,
cuando yo me quede ciego,
nos quedarán las manos
y el silencio.

Cuando tú te pongas vieja,
cuando yo me ponga viejo,
nos quedarán los labios
y el silencio.
Cuando tú te quedes muerta,
cuando yo me quede muerto,
tendrán que enterrarnos juntos
y en silencio;
y cuando tú resucites,
cuando yo viva de nuevo,
nos volveremos a amar
en silencio;
y cuando todo se acabe
por siempre en el universo,
será un silencio de amor
el silencio.

Autor: Andrés Eloy Blanco

Se deja de Querer

Se deja de querer...
y no se sabe por qué se deja de querer;
es como abrir la mano y encontrarla vacía
y no saber de pronto qué cosa se nos fue.
Se deja de querer...
y es como un río cuya corriente fresca ya no calma la sed,
como andar en otoño sobre las hojas secas
y  pisar la hoja verde que no debió caer.
Se deja de querer...
Y es como el ciego que aún dice adiós llorando
después que pasó el tren,
o como quien despierta recordando un camino
pero ya sólo sabe que regresó por él.
Se deja de querer...
como quien deja de andar una calle sin razón, sin saber,
y es hallar un diamante brillando en el rocío
y que ya al recogerlo se evapore también.
Se deja de querer...
y es como un viaje detenido en las sombras
sin seguir ni volver,
y es cortar una rosa para adornar la mesa
y que el viento deshoje la rosa en el mantel.
Se deja de querer...
y es como un niño que ve cómo naufragan sus barcos de papel,
o escribir en la arena la fecha de mañana
y que el mar se la lleve con el nombre de ayer.
Se deja de querer...
y es como un libro que aún abierto hoja a hoja quedó a medio leer,
y es como la sortija que se quitó del dedo
y solo así supimos... que se marcó en la piel.
Se deja de querer...
y no se sabe por qué se deja de querer.

Nostalgia

A veces te sientes como un arado que barre siempre el mismo surco y piensas que el trabajo sería más blando si caminaras en compañía.
 
A veces te enredas en la nostalgia de lo que dejaste atrás y, así como el agua busca su nivel tu sangre tira y lleva lejos tu memoria.
 
Miras por sobre el hombro y recuerdas a tus amigos, tu vieja casa, tu ayer o ese alguien especial para ti.
 
Puedes llegar a maldecir tu decisión de comenzar el camino y te pierdes en los "cómo hubiera sido si..."
 
Otras veces encuentras injusto el precio de tu soledad y revuelves en los pliegues de tu pasado como quien busca monedas en los bolsillos de un muerto.
 
Tu mente menor inventa recuerdos y fabrica diálogos que lo expliquen todo: respondes a preguntas que nunca te hicieron e interrogas a quien no tuviste coraje de preguntar.
 
Pero descubres que no hay risa que devuelva lo perdido, lo llorado, ni dé verde a lo marchito.
¿Pero tú, buscador, estás seguro de haber perdido?
 
Cuidado:
Tú no vives de recuerdos
sino que los recuerdos viven de ti.
Son miles de bocas que devoran la fuerza que necesitas para seguir adelante.
Te digo que no existe nada de malo en esos sentimientos en tanto no te dejes sofocar por los sentimientos.
 
Si esto sucede es porque estás olvidando estás no-recordando.
 
Dime:
¿De quién te acuerdas cuando te acuerdas de ti?
¿Del niño que corría entre los árboles?
¿Del joven que soñaba con viajes lejanos?
¿De lo que fuiste ayer?
 
Todas esas vivencias tiene la marca de lo fugaz:
están escritas en tu memoria como la sombra que un pájaro en vuelo deja sobre el agua.
Pero recordarse de sí no quiere decir tener memoria. La memoria y el olvido son funciones de tu mente menor en cambio el recuerdo de sí pertenece al ser profundo.
 
Escucha: tú no has renunciado a amar por seguir la vía sin embargo puede parecerte que por seguir la vía has dejado de amar.
 
Recuerda bien, buscador no sea cosa que lo que crees que has perdido sea sólo otro juego de tu mente así como tus recuerdos emotivos pueden ser sólo reflejos condicionados y la historia que añoras un invento de tu nada.
 
Observa qué curioso:
Ciertas cosas llegan a tu vida cuando ya no las precisas. Arriban con un retardo inexplicable cuando la cola de tu ilusión ya dio vuelta en la esquina.
 
Un amor demasiado grande y por lo tanto insostenible para tu miedo de amar nunca te embiste al mismo tiempo que su fulgor.
Primero te encandila y te hace soñar después nace en ti el deseo de poseerlo. Entonces desaparece se va de tu vida.
 
En realidad son cosas que te protegen de ellas mismas y te ponen a salvo del riesgo de su presencia por eso a veces tienes la sensación que alguien golpea demasiado tarde a tu puerta.
 
En el fondo se trata de un acto oculto de respeto y de protección porque el objeto o el afecto que deseabas puede volver a ti pero no en el momento del deseo sino cuando comprendas que puedes vivir sin él.
 
El buscador no cree en el amor eterno sino en el eterno amor.
 
Por eso, si recuerdas una gran amistad o un gran amor hazlo con la delicada alegría de los amigos que amaron no con la posesividad de los insatisfechos.
 
Abre las manos del alma y deja andar su recuerdo como si liberaras una paloma cautiva.
Esto también te servirá para aprender.
 
Mario Corradini

Frente al mar

Oh mar, enorme mar, corazón fiero
De ritmo desigual, corazón malo,
Yo soy más blanda que ese pobre palo
Que se pudre en tus ondas prisionero.

Oh mar, dame tu cólera tremenda,
Yo me pasé la vida perdonando,
Porque entendía, mar, yo me fui dando:
"Piedad, piedad para el que más ofenda".

Vulgaridad, vulgaridad me acosa.
Ah, me han comprado la ciudad y el hombre.
Hazme tener tu cólera sin nombre:
Ya me fatiga esta misión de rosa.

¿Ves al vulgar? Ese vulgar me apena,
Me falta el aire y donde falta quedo,
Quisiera no entender, pero no puedo:
Es la vulgaridad que me envenena.

Me empobrecí porque entender abruma,
Me empobrecí porque entender sofoca,
¡Bendecida la fuerza de la roca!
Yo tengo el corazón como la espuma.

Mar, yo soñaba ser como tú eres,
Allá en las tardes que la vida mía
Bajo las horas cálidas se abría...
Ah, yo soñaba ser como tú eres.

Mírame aquí, pequeña, miserable,
Todo dolor me vence, todo sueño;
Mar, dame, dame el inefable empeño
De tornarme soberbia, inalcanzable.

Dame tu sal, tu yodo, tu fiereza,
¡Aire de mar!... ¡Oh tempestad, oh enojo!
Desdichada de mí, soy un abrojo,
Y muero, mar, sucumbo en mi pobreza.

Y el alma mía es como el mar, es eso,
Ah, la ciudad la pudre y equivoca
Pequeña vida que dolor provoca,
¡Que pueda libertarme de su peso!

Vuele mi empeño, mi esperanza vuele...
La vida mía debió ser horrible,
Debió ser una arteria incontenible
Y apenas es cicatriz que siempre duele.


Por: Alfonsina Storni

Gracias!

Gracias por haberme brindado tu amistad
Gracias por darme tu mano cuando mas la necesité
Gracias por ser quien eres
Gracias por la sonrisa que me has brindado
Gracias por darme la alegría
Gracias por el abrazo necesitado
Gracias por abrirme el corazón
Gracias por el consejo oportuno
Gracias por tu cariño
Gracias por tu comprensión
Gracias por tu apoyo incondicional
Gracias por las palabras de aliento
Gracias por todo lo que me has podido dar
Gracias por ser mi amigo
Gracias por no defraudarme
Gracias por el amor que tú me das
Gracias por decirme la verdad
Gracias por lo bello y grato que me has dado
Gracias por los momentos felices y agradables que me has dado
Gracias por ser tú quien me ha enseñado a llamar por su nombre a las cosas...
Gracias
Pero sobre todo te doy las GRACIAS POR HACERME MUY FELIZ.

Anonimo
Anonimo

2/5/12

Enseñarás a soñar


 Enseñarás a soñar…
pero no soñarán tus sueños.
Enseñarás a vivir…
pero no vivirán tu vida.
Enseñarás a cantar…
pero no cantarán tu canción.
Enseñarás a pensar…
pero no pensarán como tú.
Pero sabrás
que cada vez que ellos vuelen, sueñen,
vivan, canten y piensen…
¡Estará en ellos la semilla
del camino enseñado y aprendido!

Madre Teresa de Calcuta

El arte de abrir el corazón

Abrir el Corazón es un acto de generosidad, un ejercicio de honestidad con nuestro ser interior, deseoso de dar lo
mejor de sí.
Abrir el Corazón es apuntar a lo más sublime de cada ser, reconociendo en los demás aquello que también está en
nosotros.
Abrir el Corazón es ser sinceros por encima de todos los engaños que nos hacen aparentar ser fríos e invulnerables.
Abrir el Corazón es amar incondicionalmente la vida y a los demás, por encima de las dificultades.
Abrir el Corazón es sembrar la semilla selecta que hemos guardado para el mejor momento: “ahora”.
Abrir el Corazón es no preguntar por qué, y dar sin pedir explicaciones.
Abrir el Corazón es llevar ese río de néctar para poder saciar la sed de cuantos seres habitan este reino de existencia.
Abrir el Corazón es tocar a cada ser como a las delicadas alas de una mariposa.
Abre tú el Corazón, porque ese es el mejor maestro, el que puede hacerte llegar al conocimiento mas profundo.
Que siga lloviendo en nuestros Corazones, para que nuestro Jardín se inunde de flores y amor.

1/5/12

Infancia

InfanciaMaravilloso mundo el de la infancia,
mundo de inocencia y fantasías,
mundo de juegos, mundo de hadas,
mundo de fantásticas mentiras.


Mundo de los cuentos increíbles,
mundo de color y maravilla,
mundo de las noches estrelladas,
mundo donde el sol siempre nos brilla.


Mundo de los sueños inocentes,
mundo feliz, mundo sin prisa,
mundo de las vidas incipientes,
mundo que al crecer se nos retira.


Mundo al que nos trae el nacimiento,
mundo que por un tiempo disfrutamos,
mundo de ilusiones, mundo contento,
mundo que un buen día abandonamos.


Si pudiéramos parar el tiempo
y en la infancia quedar eternizados,
disfrutaríamos por siempre el bello sueño
que a la infancia le ha sido regalado.

Por: Cástulo Gregorisch