2017
fue un año lleno de retos, que sin duda marco significativamente nuestras vidas
de una manera u otra. Nos deja
sentimientos encontrados donde la alegría y la tristeza fueron protagonistas muy
a flor de piel. Un año para reflexionar
para sacar lo malo y aprender de lo bueno. Aceptar, que el presente que asola
en estos momentos a muchos hogares en nuestro país, Venezuela es producto
animosidad como nunca lo habíamos visto. Debemos corregir esto, porque una
Navidad y Fin de Año tan atípico como el pasado año 2017; donde el éxodo de Familiares y amigos fuera de nuestras
fronteras, el día a día en nuestras casas donde las posibilidades de la gente
por mas que se coloquen pañitos tibios para paliar la situación actual es
paupérrimo lo cual determino y determina un sin fin de emociones y reafirma la
posición del venezolano, ahora emigrante en la búsqueda de un lugar mejor y seguro.
Por
ello, solo nosotros los venezolanos
podemos hacer que se sienta el
verdadero cambio, corregir lo que se tenga que corregir, hacer sentir nuestros derechos y deberes como
ciudadanos porque si seguimos como
hasta ahora, la Luz al final del camino no se
podrá ver y el futuro (Hoy), Será sombrío y muy ajeno a nuestras propias
convicciones. Queremos que vuelvan nuestros afectos a hacer país, ese que el
conocíamos y que estamos perdiendo producto del revanchismo, resentimiento, el egoísmo, el odio y la división. No eramos
así.
Que
en el 2018 visualicemos una Venezuela proactiva y que siga en la lucha para enaltecer los valores perdidos. Que los
corazones aún adoloridos por las batallas perdidas y los que aún batallan se
fortalezcan en espíritu y con la Bendición de DIOS puedan mitigar el dolor para
poder así alcanzar a través de la FE y la esperanza la paz, el ánimo en el alma. Amén y
así sea.
Que
nos devuelvan las ganas de reír, de vivir en PAZ, con SALUD, Seguridad, bienestar y en LIBERTAD.
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