3/9/14

Melancolía

Dejaré mis niños.
Partiré del pueblo.
Me roerá la angustia que a los peregrinos
acoge en silencio.

El día que parta,
todos a sus puertas saldrán a verme;
encontraré en mi senda alguna anciana
de las que socorría algunas veces...

Cuando unos pinos cruce
fustigaré mi potro;
y aunque el norte no empañe ni una nube,
mi pañuelo de hilo me llevaré a los ojos.

Al verme las perdices
levantarán el vuelo;
llorará en una palma una tórtola triste,
y tal vez si un can sucio me seguirá a lo lejos...

Por unas semanas y aún meses
me instigará una sombra;
luego... mis cantos en la mañana alegre.
¿Y después?... el olvido y algunas muertas rosas.




 Por:  Domingo Moreno Jimenes

No hay comentarios:

Publicar un comentario