4/8/14

Extranjera en mi País.



Mi hermana, luego de estar lejos de Venezuela, y ya de vuelta su  sensación al llegar fue única y la imagen infinita  le quedara en sus afectos y en su corazón. El solo hecho de reencontrarse con la familia, amigos, lo que era su vida y ver de nuevo aquello que dejo atrás no tenia comparación.


El ver de nuevo las calles, con aquel  tráfico, la misma gente mal humorada a la hora pico y con el sol de medio día. Tratando de agarrar el autobús para llegar a tiempo para almorzar. Daba la impresión de que todo era, que se sentía casi igual. El paisaje, las casas, las ciudades; pero de repente, la nostalgia la embarga y siente  en sus adentros que hubo un cambio, que ya todo no  era lo mismo; en efecto,  la Venezuela que dejo atrás ya no es mas.

Tras  varios días de haber llegado, repartiendo recuerditos, visitando amigos, familiares cayó  en cuenta de que todo lo que se dice a cerca del país no es ni la tercera parte. Los lugares, el día a día del venezolano dio un giro trascendental.  Tan solo el hecho de  habituarte a esa manera del nuevo “venezolano de a pie”,  la hizo sentir como extranjera en su  propio país.


Era absurdo, pero era la realidad de todos aquellos  que vuelven su  país natal.  Adaptarse a ese ambiente que ya no es ni tan conocido. Que te dan ganas de llorar por lo destrozado, desmoralizado el cual se encuentra. Donde tus parientes se adecuan a las nuevas eventualidades que acontecen; ese, donde la naturaleza es de una riqueza inmensa casi única.  

Nunca pensó que  el crecimiento de la violencia era tan alto.  La calidad de vida del  venezolano había mermado. Si a ello le aunamos la separación de familias por cuestiones políticas  y pare Ud. de contar. Además, las tradiciones, cada día se celebran menos, fechas patrias cambiadas, los símbolos patrios irrespetados. Los libros de escuela, con nuevos actores políticos y su  ideologización desde la edad más tierna.   Colas, para abastecerse de gas domestico, colas para comprar comida.


Quería encontrarse con  un país libre, alegre servicial; con la persona que viene de afuera; encontrarse con el trato amable que  identificaba al venezolano, pero existe  mucho recelo, las personas  ya no son dadas.


De regreso, ya sentada en el avión, rumbo de  nuevo a su hogar,  cerraba los ojos y recordaba los días vividos en Venezuela; llenos de emoción y tristeza de dejarlos y sentir que Venezuela nunca será igual.


Tiene la esperanza que al volver de nuevo se encuentre con una Venezuela distinta ajena a odios y desesperanzas.


Ingrid



04/08/2014

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