22/9/12

Farewell

FAREWELL 1

Desde el fondo de ti, y arrodillado,
un niño triste, como yo, nos mira.

Por esa vida que arderá en sus venas
tendrían que amarrarse nuestras vidas.

Por esas manos, hijas de tus manos,
tendrían que matar las manos mías.

Por sus ojos abiertos en la tierra
veré en los tuyos lágrimas un día.

2

Yo no lo quiero, Amada.

Para que nada nos amarre
que no nos una nada.

Ni la palabra que aromó tu boca,
ni lo que no dijeron las palabras.

Ni la fiesta de amor que no tuvimos,
ni tus sollozos junto a la ventana.

3

(Amo el amor de los marineros
que besan y se van.
Dejan una promesa.
No vuelven nunca más.

En cada puerto una mujer espera:
los marineros besan y se van.

Una noche se acuestan con la muerte
en el lecho del mar).

4

Amor el amor que se reparte
en besos, lecho y pan.

Amor que puede ser eterno
y puede ser fugaz.

Amor que quiere libertarse
para volver a amar.

Amor divinizado que se acerca
Amor divinizado que se va.

5

Ya no se encantarán mis ojos en tus ojos,
ya no se endulzará junto a ti mi dolor.

Pero hacia donde vaya llevaré tu mirada
y hacia donde camines llevarás mi dolor.

Fui tuyo, fuiste mía. Qué más? Juntos hicimos
un recodo en la ruta donde el amor pasó.

Fui tuyo, fuiste mía. Tú serás del que te ame,
del que corte en tu huerto lo que he sembrado yo.

Yo me voy. Estoy triste: pero siempre estoy triste.
Vengo desde tus brazos. No sé hacia dónde voy.

...Desde tu corazón me dice adiós un niño.
Y yo le digo adiós.

Autor: Pablo Neruda ( Julio 12, 1904 – Septiembre 23, 1973)



18/9/12

La Ratoncita Presumida

Hace ya bastantes años,
doscientos años tal vez,
por escapar de los gatos
y de las trampas también.
Unos buenos ratoncitos
Se colaron en un tren
y a los campos se marcharon
para nunca más volver.
Andando, andando y andando
llegaron por fin al pie
de una montaña llamada
La Montaña Yo-No-Sé,
y entonces dijo el más grande:
-Lo que debemos hacer
es abrir aquí una cueva
y quedarnos de una vez,
porque como aquí no hay gatos,
aquí viviremos bien.
Trabaja que te trabaja,
tras de roer y roer,
agujereando las piedras
se pasaron más de un mes,
hasta que una hermosa cueva
lograron por fin hacer
con kiosko, jardín y gradas
como si fuera un chalet.
Había entre los ratones
Que allí nacieron después
una ratica más linda
que la rosa y el clavel.
Su nombre no era ratona,
como tal vez supondréis,
pues la llamaban Hortensia
que es un nombre de mujer.
Y era tan linda, tan linda
que parecía más bien una violeta
pintada por un niño japonés:
Parecía hecha de plata
por el color de su piel
y su colita una hebra
de lana para tejer.
Pero era muy orgullosa.
Y así ocurrió que una vez
se le acercó un ratoncito
que allí vivía también
y que alzándose en dos patas,
temblando como un papel,
le pidió a la ratoncita
que se casara con él.
-¡Qué ratón tan parejero!
-dijo ella con altivez-
Vaya a casarse con una
que esté a su mismo nivel,
pues yo para novio aspiro,
aquí donde usted me ve,
a un personaje que sea
más importante que usted.
Y saliendo a la pradera
Le habló al Sol gritando: ¡Jeeéy!,
usted que es tan importante
porque del mundo es el rey,
venga a casarse conmigo,
pues yo soy digna de ser
la esposa de un personaje
de la importancia de usted.
-Más importante es la nube
-dijo el Sol con sencillez-,
pues me tapa en el verano
y en el invierno también.
Y contestó la ratica:
-Pues qué le vamos a hacer...
Si es mejor que usted la nube
con ella me casaré.
Mas la nube al escucharla,
habló y le dijo a su vez:
-Más importante es el viento
que al soplar me hace correr.
-Entonces -dijo la rata-,
ya sé qué hacer;
si el viento es más importante
voy a casarme con él.
Mas la voz ronca del viento
Se escuchó poco después
Diciéndole a la ratona:
-Ay Hortensia, ¿sabe usted?,
mejor que yo es la montaña
-aquella que allí se ve-
porque detiene mi paso
lo mismo que una pared.
-Si mejor es la montaña
con ella me casaré
-contestó la ratoncita-,
y a la montaña se fue.
Mas la montaña le dijo:
-¿Yo importante? ¡Je, je, je!
Mejores son los ratones
los que viven a mis pies,
aquellos que entre mis rocas
tras de roer y roer,
construyeron la cuevita,
de donde ha salido usted.
Entonces la ratoncita
volvió a su casa otra vez,
y avergonzada y llorando
buscó al ratoncito aquél
a quien un día despreciara
por ser tan chiquito él.
-¡Oh, perdóname, Alfredito
–gimió cayendo a sus pies-,
si me quieres todavía,
contigo me casaré.
Por pequeño y por humilde
un día te desprecié,
pero ahora he comprendido
-y lo he comprendido bien-
que en el mundo los pequeños
son importantes también!
Por Aquiles Nazoa


15/9/12

Siempre ten presente que:

Siempre ten presente que:
La piel se arruga, el pelo se vuelve blanco, los días se convierten en años.
Pero lo importante no cambia, tu fuerza y tu convicción no tienen edad.
Tu espíritu es el plumero de cualquier tela de araña, detrás de cada línea de llegada, hay una de partida; detrás de cada logro, hay otro desafío.
Mientras estés vivo, siéntete vivo; si extrañas lo bueno que hacías, vuelve a hacerlo.
No vivas de fotos amarillas, sigue aunque todos esperen que abandones.
No dejes que se oxide el hierro que hay en ti.

Haz que en vez de lástima, te tengan respeto.
Cuando por los años no puedas correr, trota; cuando no puedas trotar, camina; cuando no puedas caminar, usa el bastón. Pero nunca te detengas.




Escrito por: Madre Teresa de Calcuta.

11/9/12

8 regalos que no cuestan dinero

1.- El regalo de Escuchar.
 Pero realmente escuchar, sin interrumpir, bostezar, o criticar. Sólo escuchar.

2.- El regalo del Cariño.
 Ser generoso con besos, abrazos, palmadas en la espalda y apretones de manos, estas pequeñas acciones demuestra el cariño por tu familia y amigos.

3.- El regalo de la sonrisa.
 Llena tu vida de imágenes con sonrisas, dibujos, caricaturas y tu regalo dirá: “me gusta reír contigo”

4.- El regalo de las notas escritas.
 Esto puede ser un simple “gracias por ayudarme”, un detalle como estos puede ser recordado de por vida Y TAL VEZ CAMBIARIA LA TRISTEZA POR ALEGRIA.

5.- El regalo de un cumplido.
 Un simple y sincero “te ves genial con esa chaqueta”, “has hecho un gran trabajo” o “fue una estupenda comida” puede hacer especial un día.

6.- El regalo del favor.

Todos los días procura hacer un favor.

7.- El regalo de la soledad.
 Hay días que no hay nada mejor que estar solo. Sé sensible a aquellos días y da este regalo o solicítalo a los demás.

8.- El regalo de la disposición a la gratitud.
 La forma más fácil de hacer sentir bien a la gente es decirle cosas que no son difíciles de decir como “Hola” y “Muchas Gracias”.

Los amigos son raras joyas, que pueden hacerte enojar y sonreír, que poco a poco aprenden a escuchar, a alentarte y ellos siempre abrirán su corazón a nosotros. Demuéstrale a tus amigos lo mucho que los estimas HACIENDOLES ESTOS REGALOS

Soy una Mujer!

Que lindo es ser mujer y andar sin apuros
disfrutando del sol y los días nublados,
gozar de la lluvia, respirar el aire puro,
sentir la calma en los momentos agitados.

Y si estoy cansada miro el cielo estrellado,
Dios está en el cielo yo lo he sentido.
Le pido en silencio, con mi corazón callado,
yo sé que Él me protege y escucha mi pedido.

Dios no me dio fuerza, pero sí fortaleza.
Soy una guerrera y lucho por los que amo.
Puedo enfrentar los problemas con toda entereza,
siempre estar presente cuando alguien me llama.

Madre, hija, mujer, amiga en mi puedes confiar,
siempre estoy dispuesta, te puedo aconsejar.
Quizás no quite tu pena, pero ayudo a razonar.
Disfruto tu alegría y en las malas no te voy a dejar.

Una mujer con principios que siempre ayudará,
guiando tus pasos para poderte llevar.
Quizás no sea perfecta tampoco la ideal,
demuestro ser grande mostrando mi humildad.

Con la sonrisa extensa y tierna mi mirada,
para los necesitados mi mano esta tendida.
Por la gente que quiero me siento muy honrada,
porque siempre en la vida fui muy agradecida.

El privilegio agradezco de ser una mujer.
Nosotras damos vida mucho antes de nacer.
La idea que nos define es la palabra amor,
y llenas de ternura, somos creación de Dios.


 Por: Arjona Delia

Mahatma Gandhi

Le preguntaron a Mahatma Gandhi cuáles son los factores que destruyen al ser humano. Él respondió así:
La Política sin principios, el Placer sin compromiso, la Riqueza sin trabajo, la Sabiduría sin carácter, los Negocios sin moral, la Ciencia sin humanidad y la Oración sin caridad.
La vida me ha enseñado que la gente es amable, si yo soy amable; que las personas están tristes, si estoy triste; que todos me quieren, si yo los quiero; que todos son malos, si yo los odio; que hay caras sonrientes, si les sonrío; que hay caras amargas, si estoy amargado; que el mundo está feliz, si yo soy feliz; que la gente se enoja, si yo estoy enojado; que las personas son agradecidas, si yo soy agradecido.
La vida es como un espejo:
Si sonrío, el espejo me devuelve la sonrisa. La actitud que tome frente a la vida, es la misma que la vida tomará ante mí.
“El que quiera ser amado, que ame”.

… No compliques las cosas, es asi de simple:

  • Extrañas ? LLAMA !!
  • Quieres ver a alguien? INVITA !!
  • Quieres que te comprendan ? EXPLICA DE NUEVO !!
  • Tienes duda ? PREGUNTA !!
  • No te gusta algo? DESECHALO !!
  • Te gusta algo ? CUIDALO !!
  • Tienes metas ? Cumplelas!!
Estar VIVO no es lo mismo que vivir

5/9/12

La Parabola de la Rosa.

Un hombre plantó una rosa y trabajó regándola constantemente.
Antes que de ella apareciese algún indicio, el la examinó y vió el botón que en breve abriría, mas notó espinas sobre el tallo y pensó,
"Como puede una flor tan bella venir de una planta rodeada de espinas tan
afiladas?"
Entristecido por este pensamiento, el se negó a regar la rosa y antes de estar pronta para abrir, ella murió.
Así sucede con muchas personas.
Dentro de cada alma hay una rosa:
Son las cualidades dadas por Dios.
Dentro de cada alma tenemos también las espinas:
Solo que falta que aparezcan nuestras rosas.
Muchos de nosotros nos miramos y vemos solo las espinas, los defectos.
Nosotros nos desesperamos, pensando que nada de bueno puede venir de nuestro interior.
Nos negamos a regar  a cultivar dentro nuestro, y consecuentemente, eso muere.
Nunca percebimos  nuestro gran potencial.
Algumas personas no ven la rosa dentro de ellas mismas.
Por lo tanto alguien mas debe mostrarselas.
Uno de los mayores dones que una persona puede poseer o compartir es ser
capaz de pasar por las espinas y encontrar la rosa dentro de otras
personas.
Esta es la característica del amor.
Mirar una persona y conocer sus verdaderas faltas.
Aceptar a aquella persona en su vida, en cuanto reconoce la belleza en su alma
y ayudarla a percibir que ella puede superar sus aparentes imperfecciones.
Si nosotros mostrarmos a esas personas la rosa que está creciendo en su interior, ellas superarán sus próprias
espinas.
Solo así ellas podrán ver abrirse sus rosas, muchas veces.

 

Melancolía


Hay un ser apacible y misterioso
que en mis horas de lánguido reposo
me viene a visitar;.
yo le cuento mis penas interiores,
porque siempre, calmando mis dolores,
mitiga mi penar.
Como el ángel del bien y la constancia,
en los últimos sueños de la infancia
aparecer le vi;
contemplóme un instante con ternura,
y "Oye -dijo-: las horas de ventura
pasaron para ti.
"Yo vengo a despertar tu alma dormida,
porque un genio funesto, de la vida
te aguarda en el umbral;
y benigno jamás, siempre iracundo,
te encontrará, del agitado mundo
en el inmenso erial.
"Yo elevaré tu espíritu doliente;
disiparé las nubes que en tu frente
las penas formarán;
consagra sólo a mí tus horas largas,
y enjugaré tus lágrimas amargas
y calmaré tu afán.
"Seré de tu vivir guarda constante,
y mi pálido tinte a tu semblante
trasmitirá mi amor.
Y te daré una lira en tus pesares,
por que al eco fugaz de tus cantares
se exhale tu dolor.
"Y te daré mi lánguida armonía,
que los himnos que entona de alegría
la ardiente juventud
jamás ensayarás, pobre cantora,
porque siempre la musa inspiradora
seré de tu laúd."
Dijo, y de entonces, cual amiga estrella
alumbra siempre, misteriosa y bella,
mi noche de dolor;
y me arrulla sensible y amorosa,
como arrulla la madre cariñosa
al hijo de su amor.
Y haciendo que en sus alas me remonte
a otro mundo de luz sin horizonte,
de dicha voy en pos;
y entonces de mi lira se desprende
nota sin nombre que la brisa extiende,
y escucha sólo Dios.
Yo te bendigo, fiel Melancolía;
tú los seres que anima la alegría
no vas a adormecer;
porque eres el consuelo de las almas
que del martirio las fecundas palmas
lograron obtener.
Por ti en los aires resonó mi acento,
y para dar un generoso aliento
al pobre corazón,
alguna vez la Patria bendecida
benévola me escucha sonreída
y aplaude mi canción.
No pido más: bien pueden los dolores
destrozar sin piedad las bellas flores
de la ilusión que amé;
que jamás, bajo el peso que me oprime,
mientras un rayo de virtud me anime,
la frente inclinare.


Mi mal


En vano ansiosa tu amistad procura
adivinar el mal que me atormenta;
en vano, amigo, conmovida intenta
revelarlo mi voz a tu ternura.
Puede explicarse el ansia, la locura
con que el amor sus fuegos alimenta...
Puede el dolor, la saña más violenta,
exhalar por el labio su amargura..
Mas de decir mi malestar profundo,
no halla mi voz, mi pensamiento, medio,
y al indagar su origen me confundo:

pero es un mal terrible, sin remedio,
que hace odiosa la vida, odioso el mundo,
que seca el corazón...¡En fin, es tedio!


Autor: Gertrudis Goméz de Avellaneda

El amor duerme en el pecho del poeta


Tú nunca entenderás lo que te quiero
porque duermes en mí y estás dormido.
Yo te oculto llorando, perseguido
por una voz de penetrante acero.
Norma que agita igual carne y lucero
traspasa ya mi pecho dolorido
y las turbias palabras han mordido
las alas de tu espíritu severo.
Grupo de gente salta en los jardines
esperando tu cuerpo y mi agonía
en caballos de luz y verdes crines.
Pero sigue durmiendo, vida mía.
¡Oye mi sangre rota en los violines!
¡Mira que nos acechan todavia!


Autor:  Federico García Lorca

La nostalgia

Si te digo que fui feliz, no es cierto.
No creas lo que yo creo cuando me engaño.
El recuerdo embellece lo que toca:
te quita la jaqueca que tuviste,
el sopor de la siesta lo transfigura en éxtasis
y, en cuanto a ese zapato que apretaba
tanto que te impidió bailar el primer baile,
no hubo zapato. Mira: estás descalza, danzas
eternamente ingrávida en el círculo
cerrado de un abrazo.
Danzas sin esa doble barbilla de tu gula,
sin esa arruga artera
que está acechando alrededor de tu ojo.


Rosario Castellanos (México) 

Rosa I

La rosa desdeñaba su cultura reciente
en el frágil poema de cadencia inocente.
Ya sabía que era simbólica y perfecta
y que no moriría su figura provecta.
Estaba en el poema, fecunda y fugitiva,
de la mano de Venus, en sensual comitiva.
Y creyó que era ella la flor de primavera,
envanecida rosa, sintiéndose primera.
Elverano mimaba su plena lozanía
y la flor, embriagada, pasiones encendía.
Pero vino el otoño, pasajero inclemente,
y llenó de hojas secas el canto decadente.
La tradición pesaba en el invierno helado,
y la literatura miraba hacia otro lado.
Tempestades, abismos, amores imposibles,
ahogaban a la rosa en cantos invisibles.
 Pero los ideales, en mítica estructura,
estaban en el fondo de toda la cultura.
Y el insomne poeta con mirada moderna
recuperó el espacio para la rosa eterna.
 No hay remedio. Perdura, en poesía o en prosa,
el ideal, el nombre, la imagen de la rosa.


Teresa Martín Taffarel (Argentina)

Pleito de Amar y Querer



Me muero por preguntarte
si es igual o es diferente
querer y amar, y si es cierto
que yo te amo y tú me quieres.

-Amar y querer se igualan
cuando se ponen parejos
el que quiere y el que ama.

-Pero es que no da lo mismo.
Dicen que el querer se acaba
y el amar es infinito;
amar es hasta la muerte,
y querer, hasta el olvido.
-Dile al que te cuente historias
que el mundo es para querer,
y amar es la misma cosa.

-Querer no es amar. Amando
hay tiempo de amarlo todo:
a Dios, al esposo, al mundo;
tocar el borde y el fondo
y amar al hijo del pueblo
como al hijo del esposo.
-¿Querer es ser para uno
y amar es ser para todos?
-No; amar es amar, y amar
es como amar de dos modos:
a unos como hijos de Dios,
y como a Dios, a uno solo.
-¿Amar y querer? Parece
que amar es lo que abotona
y querer lo que florece.
Dicen que amar no hace daño
donde querer deja huella.
Si querer es con la uña
donde amar es con la yema...
-Querer es lo del deseo
y amar es lo del servicio;
querer puebla los rincones,
amar puebla los caminos;
queriendo se tiene un gozo
y amando se tiene un hijo.
-Amar es con luz prendida;
querer, con la luz apagada;
en amar hay más desfile,
y en querer hay más batalla.
-Luego querer no es amar;
querer es guerra con guerra
y amar es guerra con paz..
-Querer no es lo que tú sientes,
querer no es lo que tú piensas;
tu querer de agua tranquila
ni bulle ni arrastra piedras.
Querer no es esa apacible
ternura que no hace huella.
Querer es querer mil veces
en cada vez que se quiera.
Querer es tener la vida
repartida por igual
entre el amor que sentimos
y la plenitud de amar.
Es no dormir por las noches,
es no ver de día el sol,
es amar sin dejar sitio
ni para el amor de Dios;
Es tener el corazón
entre las manos guardado,
y si ella pasa, sentir
que se nos abren las manos;
Es tener un niño preso
y envejecido en la cuna;
querer es brasa que vive
de la propia quemadura
Es no reír, porque hay algo
de lágrima en la sonris;
es no comer, porque sabe
a corazón la comida.

Es haber amanecido
sin habernos explicado
cómo sin haber dormido
pudimos haber soñado.
-Todo esto es querer y amar,
y amar es más todavía,
porque amar es la alegría
De crearse y crear.
Es algo como una idea
que inventa lo que se quiere,
porque el quererlo lo crea.

No hay un hombre que supere
a la versión que de ese hombre
da la mujer que lo quiere;
ni existe mujer tan bella,
ni existe mujer tan pura
como la que se figura
el hombre que piensa en ella.
Por eso, al estarte amando,
si con un amor te quiero,
con otro te estoy creando,
y tú, en el amor que sientas,
si con un querer me quieres,
con otro querer me inventas
Pero allí no se detiene
la creación del amor
e inventa un mundo mejor
para el que ni mundo tiene.
Y el amor se vuelve afán
de gritarle al pordiosero:
-Quiero, y porque quiero, quiero
que nadie te quite el pan
Que nadie te quite el vino,
que no te duela en los pies
la limosna del camino;
Que te alces, alzado y frío
el puño de tu derecho,
prestado en rabia a tu pecho
el amor que hay en el mío.
Del obrero y sus quereres
todo el rescoldo se vea
cuando haga la chimenea
suspirar a los talleres,
Y en la voz del campesino
vaya un poco de mi amor,
como de savia en la flor,
como de agua en el molino.
Y así el amor es caricia
que se nos va de las manos
para servicio humanos
en comisión de justicia.
Amar es querer mejor,
y si le pones medida,
te resulta que el amor
es más ancho que la vida.
Amar es amar de suerte
que al ponerle medidor
te encuentras con que el amor
es más largo que la muerte.
Y en el querer lo estupendo,
y en el amar lo profundo,
es que algo le toque al mundo
de lo que estamos queriendo




Autor: Andrés Eloy Blanco (Venezuela)

Elegía para ti, para mí

 
      Yo seguiré soñando mientras pasa la vida,
      y tú te irás borrando lentamente de mi sueño.
      Un año y otro año caerán como hojas secas
      de las ramas del árbol milenario del tiempo,
      y tu sonrisa, llena de claridad de aurora,
      se alejará en la sombra creciente del recuerdo.
      Yo seguiré soñando mientras pasa la vida,
      y quizá, poco a poco, dejaré de hacer versos,
      bajo el vulgar agobio de la rutina diaria,
      de las desilusiones y los aburrimientos.
      Tú, que nunca soñaste más que cosas posibles,
      dejarás, poco a poco, de mirarte al espejo.
      Acaso nos veremos un día, casualmente,
      al cruzar una calle, y nos saludaremos.
      Yo pensaré quizá: "Qué linda es todavía."
      Tú quizá pensarás: "Se está poniendo viejo"
      Tú irás sola, o con otro. Yo iré solo o con otra.
      O, tú irás con un hijo que debiera ser nuestro.
      Y seguiré muriendo la vida, año tras año,
      igual que un río oscuro que corre hacia el silencio.
      Un amigo, algún día, me dirá que te ha visto,
      o una canción de entonces me traerá tu recuerdo.
      Y en estas noches tristes de quietud y de estrellas,
      pensaré en ti un instante, pero cada vez menos....
      Y pasará la vida. Yo seguiré soñando;
      pero ya no habrá un nombre de mujer en mi sueño.
      Yo ya te habré olvidado definitivamente
      y sobre mis rodillas retozarán mis nietos.
      Y quizá, para entonces, al cruzar una calle,
      nos vimos frente a frente, ya sin reconocernos.
      Y una tarde de sol me cubrirán de tierra,
      las manos para siempre cruzadas sobre el pecho.
      Tú, con los ojos tristes y los cabellos blancos,
      te pasarás las horas bostezando y tejiendo.
      Y cada primavera renacerán las rosas,
      aunque ya estés vieja, y aunque yo me haya muerto.
     

 Autor: José Angel Buesa (Cubano)

Sencillos Deseos

Hoy quisiera tus dedos escribiéndome historias en el pelo
y quisiera besos en la espalda
acurrucos
que me dijeras las mas grandes verdades
o las mas grandes mentiras
que me dijeras por ejemplo
que soy la mujer mas linda del mundo
que me querés mucho
cosas así
tan sencillas
tan repetidas,
que me delinearas el rostro
y me quedaras viendo a los ojos
como si tu vida entera dependiera de que los míos sonrieran
alborotando todas las gaviotas en la espuma.
Cosas quiero como que andes mi cuerpo
camino arbolado y oloroso,
que seas la primera lluvia del invierno
dejándote caer despacio
y luego en aguacero.
Cosas quiero como una gran ola de ternura
deshaciéndome
un ruido de caracol
un cardumen de peces en la boca
algo de eso
frágil y desnudo
como una flor a punto de entregarse a la primera luz de la mañana
o simplemente una semilla, un árbol
un poco de hierba
una caricia que me haga olvidar
el paso del tiempo
la guerra
los peligros de la muerte.



Autor:  Gioconda  Belli     

Me dijo un Alba de la Primavera

Me dijo un alba de la primavera:
—Yo florecí en tu corazòn sombrío
ha muchos años, caminante viejo
que no cortas las flores del camino.
Tu corazòn de sombra, ¿acaso guarda
el viejo aroma de mis viejos lirios?
¿Perfuman aun mis rosas la alba frente
del hada de tu sueño adamantino?
Respondí a la mañana:
—Sòlo tienen cristal los sueños míos.
Yo no conozco el hada de mis sueños,
ni sé si está mi corazòn florido.
Pero si aguardas la mañana pura
que ha de romper el vaso cristalino,
quizás el hada te dará tus rosas;
mí corazòn, tus lirios.



Antonio Machado

A las Estrellas


Reina el silencio: fúlgidas en tanto
Luces de paz, purísimas estrellas,
De la noche feliz lámparas bellas,
Bordáis con oro su luctuoso manto.
Duerme el placer, mas vela mi quebranto,
Y rompen el silencio mis querellas,
Volviendo el eco, unísono con ellas,
De aves nocturnas el siniestro canto.
¡Estrellas, cuya luz modesta y pura
Del mar duplica el azulado espejo!
Si a compasión os mueve la amargura
Del intenso penar por que me quejo,
¿Cómo para aclarar mi noche oscura
No tenéis ¡ay! ni un pálido reflejo?
Autor:Gertrudis Gómez de Avellanada

El Amor Eterno

Deja caer las rosas y los días
una vez más, segura de mi huerto.
Aún hay rosas en él, y ellas, por cierto,
mejor perfuman cuando son tardías.
Al deshojarse en tus melancolías,
cuando parezca más desnudo y yerto,
ha de guardarse bajo su oro muerto
las violetas más nobles y sombrías.
No temas al otoño, si ha venido.
Aunque caiga la flor, queda la rama.
La rama queda para hacer el nido.
Y como ahora al florecer se inflama,
leño seco, a tus plantas encendido,
ardiente rosas te echarán en su llama.

Autor: Leopordo Lugones

4/9/12

Motivación

Melancolía

A Domingo Bolívar.

Hermano, tú que tienes la luz, dime la mía.
Soy como un ciego. Voy sin rumbo y ando a tientas.
Voy bajo tempestades y tormentas
ciego de ensueño y loco de armonía.

Ese es mi mal. Soñar. La poesía
es la camisa férrea de mil puntas crüentas
que llevo sobre el alma. Las espinas sangrientas
dejan caer las gotas de mi melancolía.

Y así voy, ciego y loco, por este mundo amargo;
a veces me parece que el camino es muy largo,
ya veces que es muy corto...

Y en este titubeo de aliento y agonía,
cargo lleno de penas lo que apenas soporto.
¿No oyes caer las gotas de mi melancolía?
Ruben Dario




Amor cuando yo Muera

Amor, cuando yo muera no te vistas de viuda,
ni llores sacudiéndote como quien estornuda,
ni sufras «pataletas» que al vecindario alarmen,
ni para prevenirlas compres gotas del Carmen.

No te sientes al lado de mi cajón mortuorio
usando a tus cuñadas como reclinatorio;
y cuando alguien, amada, se acerque a darte el pésame,
no te le abras de brazos en actitud de ¡bésame!

Hazte, amada, la sorda cuando algún güelefrito
dictamine, observándome, que he quedado igualito.
Y hazte la que no oye ni comprende ni mira
cuando alguno comente que parece mentira.

Amor, cuando yo muera no te vistas de viuda:
Yo quiero ser un muerto como los de Neruda;
y por lo tanto, amada, no te enlutes ni llores:
¡Eso es para los muertos esülo Julio Florez!

No se te ocurra, amada, formar la gran «llorona»
cada vez que te anuncien que llegó una corona;
pero tampoco vayas a salir de indiscreta
a curiosear el nombre que üene la tarjeta.

No grites, amada, que te lleve conmigo
y que sin mí te quedas como en «Tomo y obligo»,
ni vayas a ponerte, con la voz desgarrada,
a divulgar detalles de mi vida privada.

Amor, cuando yo muera no hagas lo que hacen todas; no copies sus estilos, no repitas sus modas: Que aunque en nieblas de olvido quede mi nombre extinto, ¡sepa al menos el mundo que fui un muerto distinto!

Aqulies Nazoa


Poema La Renuncia

He renunciado a ti. No era posible
Fueron vapores de la fantasía;
son ficciones que a veces dan a lo inaccesible
una proximidad de lejanía.

Yo me quedé mirando cómo el río se iba
poniendo encinta de la estrella…
hundí mis manos locas hacia ella
y supe que la estrella estaba arriba…

He renunciado a ti, serenamente,
como renuncia a Dios el delincuente;
he renunciado a ti como el mendigo
que no se deja ver del viejo amigo;

Como el que ve partir grandes navíos
como rumbo hacia imposibles y ansiados continentes;
como el perro que apaga sus amorosos brios
cuando hay un perro grande que le enseña los dientes;

Como el marino que renuncia al puerto
y el buque errante que renuncia al faro
y como el ciego junto al libro abierto
y el niño pobre ante el juguete caro.

He renunciado a ti, como renuncia el loco a la palabra que su boca pronuncia;
como esos granujillas otoñales,
con los ojos estáticos y las manos vacías,
que empañan su renuncia, soplando los cristales en los escaparates de las confiterías…

He renunciado a ti, y a cada instante
renunciamos un poco de lo que antes quisimos
y al final, !cuantas veces el anhelo menguante
pide un pedazo de lo que antes fuimos!

Yo voy hacia mi propio nivel. Ya estoy tranquilo.
Cuando renuncie a todo, seré mi propio dueño;
desbaratando encajes regresaré hasta el hilo.

Andrés E. Blanco


La Caricia Perdida

Se me va de los dedos la caricia sin causa,
se me va de los dedos... En el viento, al pasar,
la caricia que vaga sin destino ni objeto,
la caricia perdida ¿quién la recogerá?

Pude amar esta noche con piedad infinita,
pude amar al primero que acertara a llegar.
Nadie llega. Están solos los floridos senderos.
La caricia perdida, rodará... rodará...

Si en los ojos te besan esta noche, viajero,
si estremece las ramas un dulce suspirar,
si te oprime los dedos una mano pequeña
que te toma y te deja, que te logra y se va.

Si no ves esa mano, ni esa boca que besa,
si es el aire quien teje la ilusión de besar,
oh, viajero, que tienes como el cielo los ojos,
en el viento fundida, ¿me reconocerás?

Alfonsina Storni



Me gustas cuando callas

Me gustas cuando callas porque estás como ausente,
y me oyes desde lejos, y mi voz no te toca.
Parece que los ojos se te hubieran volado
y parece que un beso te cerrara la boca.

Como todas las cosas están llenas de mi alma
emerges de las cosas, llena del alma mía.
Mariposa de sueño, te pareces a mi alma,
y te pareces a la palabra melancolía.

Me gustas cuando callas y estás como distante.
Y estás como quejándote, mariposa en arrullo.
Y me oyes desde lejos, y mi voz no te alcanza:
déjame que me calle con el silencio tuyo.

Déjame que te hable también con tu silencio
claro como una lámpara, simple como un anillo.
Eres como la noche, callada y constelada.
Tu silencio es de estrella, tan lejano y sencillo.

Me gustas cuando callas porque estás como ausente.
Distante y dolorosa como si hubieras muerto.
Una palabra entonces, una sonrisa bastan.
Y estoy alegre, alegre de que no sea cierto.


Autor: Pablo Neruda